7 consejos para escribir y enfrentarnos a un papel en blanco

La crisis mundial provocada por el coronavirus ha modificado nuestra forma de relacionarnos con los demás. El confinamiento, la distancia social y las restricciones de movilidad han demostrado que somos vulnerables ante un enemigo atroz e invisible, que afecta no sólo a nuestra convivencia, sino a la confianza del ser humano en otros seres humanos. Pero si en este tiempo ha habido una herramienta ineludible y que, incluso, ha adquirido una mayor dimensión, esa es sin duda la palabra escrita, como vínculo indispensable en la necesaria comunicación entre las personas.

Las palabras escritas dan solidez a la comunicación

Esa capacidad es la que nos engrandece y nos permite expresar emociones. Hay otras formas, sin duda, para hacerlo, pero la escritura tiene un grado superior, porque evoca valores personales e inalienables. Las palabras son la mejor extensión de lo que somos, pensamos y soñamos. Las redes sociales precisan de palabras; los sueños y los sentimientos personales, también.

Decía Cervantes que la pluma es la lengua de la mente y, por eso, las palabras pueden ser pronunciadas y escritas. Ese valor, el de la palabra escrita, es lo que arroja luz en la oscuridad, deja nuestra huella indeleble y nos aproxima al conocimiento.

En la escritura encontramos el desahogo

Tendemos a mentirnos más a nosotros mismos que a los demás y, quizá por ello, encontramos en la escritura un desahogo que, a poco que lo practiques, se convierte en un sexto sentido imprescindible para afrontar en mejores condiciones la vida; incluso, la muerte.

Cada formato exige una serie de habilidades que se pueden aprender. No es lo mismo escribir un tweet que un relato personal. Tampoco lo es un guion para un podcast que un ensayo o, incluso, un relato. Pero hay una serie de consejos que pueden servirnos de forma general a la hora de enfrentarnos a un papel en blanco.

Consejos para escribir adecuadamente

  1. Como diría el escritor José Jiménez Lozano, escribe desde los adentros, desde el corazón y la pasión.
  2. Rehúye siempre que puedas de formas verbales en infinitivo y en gerundio, porque restan naturalidad y conexión con el lector, la parte más importante.
  3. Revisa tu ortografía y la gramática.
  4. Evita repetir vocablos que harán de la lectura una acción aburrida.
  5. La sencillez no está reñida con la fuerza del mensaje.
  6. La claridad de exposición hará comprensible tu texto. Sujeto, verbo y predicado es una correlación que no falla.
  7. No imites, sé tú mismo y ganarás confianza: la de los demás y la tuya propia.